De todos, probablemente este sea el artículo que me ha roto más la cabeza. La razón reside en la amplitud del tema, este siendo el futuro deliberado. Hay numerosas cosas a tratar, las suficientes para hacer imposible tocar su punto convergente en tan poco texto. Primero intenté hablar de la importancia que tienen los logros silenciosos, pero no funcionó. Luego, quise emplear una experiencia como puente empático para llegar al núcleo, y terminé compartiendo demasiado. Resulta ser (duh), que cubrir con precisión la vista general de lo que implica – literalmente – planear tu vida, no es tarea sencilla. Establecido eso… dentro de tanto caos, encontré orden. Creo haber dado con una idea digna de compartir. O más bien, con una pregunta: ¿Cómo conciliar la duda interna con la toma de acción?
Hablemos de oportunidades. Mi humilde experiencia dicta que, si te llegan, son proporcionales a tu potencial. Así, siendo un mero idiota con suerte, solo tienes acceso a puertas entreabiertas y volátiles. Su completa apertura para quién aspira a cruzarlas simboliza el triunfo por excelencia del fondo sobre la forma, similar al estatus adquirido contra el estatus comprado. Pero incluso estando del lado “correcto”, resulta natural que te asalte una serie de interrogantes aterradoras a medianoche: “¿Qué es lo que NO estoy viendo?” “¿Qué es aquello en verdad amenazante para el equilibrio de esta situación tan favorable?” “Probablemente hay parte de ello en mí. ¿Qué carajos es?” Pasa en lo profesional, en lo personal, y prácticamente en cualquier dimensión donde se comience a percibir avance palpable. Síndrome del impostor, le llaman por ahí. Puede llegar a límites patológicos, pero en pequeñas dosis, se encuentra en la mente de todo aquel con tendencias inquisitivas. Entonces, haciendo honor a dichas tendencias, diré que se le debe dar lugar a cuestionamientos así, pues son muy válidos. Reconocer la aguja en el pajar propio a veces te puede salvar la vida, y es fundamental para mantener un carácter equilibrado si posees cualidades propensas a ser aduladas. Quiero que mencionar esto sirva para hacer un remarque cauteloso del valor de la autoevaluación, del reconocimiento de las limitaciones individuales, y de conocer bien tus alrededores para actuar ágilmente.
Lo cierto es que tratarte como robot es un completo crimen contra tu autoestima, pero medirte como uno te hace grandes favores. El nivel de matices de esa oración, que ayuda a ver aquella delgada pero contundente línea entre autocolapso y automejora, es el mismo que se necesita para conciliar duda con acción, humanidad con objetividad, y otras cuestiones opuestas solo en la superficie. A mi entender, una óptica como esta es necesaria si se quiere hacer algo significativo en la vida, entonces la comparto por aquí mientras ceno, hago una tarea con fecha de entrega de hace dos días, y continúo caminando hacia varias puertas aparentemente abiertas. Con suerte, cuando todo esté escrito, mis acciones contarán la historia de un sujeto valiente, y minimizarán el hecho de que estoy esforzándome demasiado por no cagarme en los pantalones. Saludos.