I – ORCHESTRA
Lo recuerdo vívidamente, quizás porque su memoria simboliza todo lo que no quiero hacer de mi vida. Era marzo de 2022, y en ese entonces me encontraba matriculado como estudiante de Computer Science en su segundo semestre. Mi cabeza estaba inundada de proyectos: MatLab me era cada vez más difícil de operar, cálculo me parecía fácil pero tedioso, post producía un video por encargo, y acababa de terminar otro. Este era más “de pasión”, y fungía como anuncio para un proyecto que me permitiría sentar las bases de mi futuro profesional.
Lo describiré. Salía yo a cuadro con una imagen cuestionable – mi cabellera acababa de ser brutalmente arruinada por un caro y deficiente peluquero que olía a sudor. Era notorio el cansancio, pues mi cutis estaba inusualmente lleno de granos de estrés. La dicción que ocupaba era demasiado rápida, mis ademanes no le hacían ningún favor, y la “sustancia” del anuncio, como tal, era una reflexión hábilmente escrita que en voz alta resultaba imposible de entender a la primera. Fue un intento muy pobre de emular un sponsor de Roberto Mtz. La corrección de color, por su parte, me quedó espantosa, y la música la cambiaba cada treinta segundos por miedo a entregar un producto monótono. Empezaba con Ratatat, pasaba por Animal Collective, Kasabian y Mötley Crüe, para terminar con LL Cool J en menos de tres minutos. Al proyecto anunciado en cuestión lo llamé “ORCHESTRA”, esto en referencia a la idea de “hombre orquesta”: alguien que posee maestría en disciplinas muy alejadas una de la otra. Planeaba empezar a publicar mi trabajo en su cuenta de Instagram homónima, para después expandirme a una página web, y eventualmente, a mi propio negocio. Quería – y no es broma – ofrecer servicios de producción cinematográfica, programación en C#, diseño gráfico/de producto, y VFX. Con 18 años.
II – CAMBIO
Evidentemente no me duró mucho el chistesito. Es decir, no descarto que pueda aprender todo lo que quería ofrecer, y de hecho me sigue interesando mucho hacerlo. Pero seguir el ritmo que me planteaba para abarcar tanto era insostenible, y tras darme cuenta de ello, dí con que antes de querer jugarle al genio multimedia, necesitaba enfocarme en una sola cosa. Mi carrera no reflejaba de ninguna manera aquella cosa en la que quería profundizar, entonces, de cajón, tocó darse de baja.
De ahí las cosas fueron muy, muy lentas. Hacía lo que debía de hacer para materializar algunas ideas, pero no me tomé a la ligera el haber empezado de nuevo en otra carrera. Por ello, pasé mucho tiempo desencantado por mi entorno, pues mis clases eran de preescolar en comparación a lo que yo aprendía para consecuentar mis entonces gigantescos hociconeos. Padre no estuvo… pero aquí es donde doy pie a la primera reflexión de todo esto: ¿Cuál era la alternativa? ¿Pasar a tercer semestre de CompSci, y perderme a mí mismo en líneas de código y PPROJs? Porque perfectamente lo hubiera podido hacer, en especial si mi objetivo fuera asemejar mi camino al de numerosos “early bloomers” que tanto apantallan hoy en día. Lo cierto es que, a pesar de haberme sentido muy desubicado desde mi primer paso dentro de un salón de Comunicación, yo elegí jugar un juego de paciencia al momento de desentenderme de mi anterior carrera. Opté por adoptar un caminar lento, pero certero. Tan certero, de hecho, que garantiza excelentes resultados a cambio de un poco de espera (y no te vulnera tan fácilmente al burnout).
III – HOY
Dos años después, las cosas se están comenzando a mover en direcciones interesantes, y mi teoría de los “caminares” está siendo probada como cierta. Espero que este artículo logre poner las cosas en perspectiva a quién lo lea, pues pretende dar cara a una noción que en su momento me previno de ser impulsivo en momentos de impaciencia: las cosas hacen más sentido si las ves de lejos. Esto no significa que la “imagen panorámica” de tu vida vaya a tener la mejor resolución una vez que decidas verla, de hecho, la mayoría de las veces es bastante borrosa. Pero la otra alternativa es navegar sin mapa, impulsado por acciones que a veces te acercan a tu estrella de Belén, pero que en otras ocasiones pueden hacer que retrocedas enormemente.
En cuanto a lo que viene para esta página, pueden esperar noticias pronto.