La neblina es la vista

"Being able to embrace contradictions is a sign of intelligence. Or insanity." - R. KADREY

Nací en Xalapa, Veracruz. Es una muy buena ciudad para vivir, y en retrospectiva, creo que no me quedó a deber nada en mis años formativos. Pero como quizás ya se anticipe, siempre sentí a mi lugar de origen como una mera transición hacia una vida experimentada en mayor escala. Ahora, ya llevo casi tres años estudiando fuera. Esto me ha permitido hacer algunas observaciones sobre, entre otras cosas, las implicaciones detrás de mudar tu visión hacia horizontes muy lejanos de donde naciste.

Para desarrollar, aclararé que tengo muy pocas cosas claras sobre mi futuro. Considero que poseo un buen sentido de dirección, pero sé que no puedo predecir absolutamente nada. No obstante, sé muy bien lo que me heredaron: una inconformidad perpetua que me sirve como fuerza motriz. Afortunadamente, no es algo que me impida decidir cuándo es que tengo suficiente, pues he logrado desarrollar una métrica personal de éxito que me detiene cuando estiro demasiado la liga. Pero eso no significa que saciarla sea fácil: todo lo contrario. Contempla variables que la vasta mayoría ignora por completo, y debido a que las pocas personas que se salen de esta regla parecen alcanzar la compleción individual solo al agarrar mundo, he concluido con que mi rumbo ha de ser similar si busco sus mismos resultados. Sin embargo, esta manera de regir tus valores viene con algunos bemoles observables en la vida diaria, el más grande de ellos siendo algo que ya mencioné con anterioridad – vivir así es ir contra la corriente que se lleva a los demás. Entre más me esfuerzo por refinar tanto a mis objetivos como a la relación que establezco con el mundo para lograrlos, más se me cierran las posibilidades reales de establecer conexiones duraderas con otros, pues pocos comparten estos valores. Es mera estadística que las cosas sean así, pues la combinación de factores que propició mi formación tiende a ser bastante rara… y por lo mismo, estoy bien con ello. Al final, no es algo que controle.

Dicho todo esto, si de algo estoy seguro es de que no soy especial. Muchísima gente debe sentirse igual que yo, ya sea que compartamos visión, o que caminen otro rumbo con la misma convicción. Si acaso, lo que quería plasmar con este artículo es el momento por el que estoy pasando: uno de gran emoción por el futuro, con claridad en el presente y paz con el pasado. Todo teñido por una impaciencia que se desvanece, a ratos, después de recordarme una que otra frase barata, de aquellas que detesto. Destaco entre ellas una cuyo autor desconozco: “el que las cosas tomen tiempo no significa que no estén sucediendo”. Y con tal melosidad cierro, esperando llegar a alguien que encuentre valor en estas palabras.